Los productos de la colmena

hace 2 años · Actualizado hace 2 años

Cuando se habla de productos de la colmena, se piensa siempre en la miel, la jalea real y el polen.

Estos productos eran ampliamente utilizados en el pasado y su empleo oscilaba con frecuencia entre el uso alimentario y el medicamentoso.

La miel se aconsejaba siempre en caso de tos, para el intestino delgado, para las mucosas irritadas, para devolver las fuerzas a un convaleciente y, en general, para fortalecer a las personas débiles (así también se utilizaba el polen).

La jalea real tenía una acción estimulante más enérgica, pero era difícil de obtener de las colmenas, y por ello se hablaba poco de ella. No se conocía el gran valor de las enzimas que contiene la miel, aunque la práctica aconsejaba no calentarla mucho, con el fin de que no perdiera su acción beneficiosa; por ello, las mieles de aspecto líquido como de oro colado, eran miradas con cierto recelo.

Hoy en día se sabe que, superados los 40° de temperatura, las enzimas se destruyen y desaparece la acción beneficiosa de la miel. En cualquier caso, la miel sigue siendo un alimento de alto contenido calórico y excelente sabor. El cuarto elemento de la colmena son los propóleos, que, como es obvio no se puede seguir considerando como un alimento, un refuerzo calórico o un concentrado vitamínico.

El hombre conoce desde tiempo inmemorial las características de los propóleos. Los egipcios ya habían descubierto sus usos más apropiados, empleándolos para embalsamar.

Aristóteles habla de ellos en su Historia de los animales y Virgilio, Plinio o Dioscórides discuten sobre esta pez-cera, como entonces la llamaban. Galeno, Avicena, los rusos o los incas y, a través del tiempo hasta llegar hasta principios del siglo XX con los bóers, los propóleos constituyen, al mismo tiempo, una curiosidad, una esperanza, un auxilio medicamentoso, un milagro, algo increíble.

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Únicamente después de la segunda guerra mundial parece que las investigaciones sobre los propóleos han ganado en seriedad y método, a partir de una experimentación esmerada y documentada. Fueron los países del antiguo bloque soviético los que, poco a poco, introdujeron su uso entre nosotros. Por este motivo, las abuelas no lo utilizaban, aunque son de una enorme utilidad, y su efecto medicamentoso ha sido reconocido en la actualidad, por lo que es justo mencionarlos aquí.

¿Qué son los propóleos exactamente?

Los propóleos son el conjunto de las resinas que las abejas obreras recolectan, extrayéndolas de las yemas de las ramas, de las cortezas de los árboles y de las membranas viscosas de algunos pólenes. Estas resinas se vuelven más maleables gracias a la masticación, en la que son amasadas con saliva. Luego se reducen a una bolita minúscula, que se recolecta junto con el polen en las cestitas diminutas que poseen las abejas en las patas posteriores.

Una vez de vuelta en la colmena, otras obreras separan los propóleos del polen y los almacenan para tenerlos a punto en caso de necesidad.

Estas necesidades pueden ser de muy diversa índole, y van desde su uso como cemento para reparar la colmena hasta la acción esterilizante de las paredes donde la abeja reina debe poner sus huevos, pasando por la embalsamación de los insectos intrusos o de larvas muertas.

Precisamente, a raíz del estudio de estos efectos esterilizantes y antifermentativos de los propóleos, se puso de manifiesto la posibilidad de utilizarlos en el tratamiento de las enfermedades del sueño. Sus aplicaciones ya son innumerables, sobre todo en forma de tintura.

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Las aplicaciones clásicas y reconocidas atañen principalmente al aparato digestivo, así como a la estomatología y la dermatología.

Con unas gotas de tintura de propóleos en dos dedos de agua, se obtiene un óptimo colutorio; aplicadas directamente sobre la boca, atajan de raíz los síntomas de faringitis o de irritaciones de la cavidad oral.

Tomar cada mañana, durante los meses de invierno, 15 o 20 gotas de tintura de propóleos aumenta las defensas del organismo, manteniendo a raya gripes y toses.

Estas son, únicamente, unas breves notas sobre los valores de los propóleos, aunque es recomendable tenerlas en cuenta y añadir sin temor esta beneficiosa sustancia a la lista de tips vida saludable.

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  1. Pablo perez dice:

    Excelente información ,debe ser divulgadas al público en general.

  2. Jose Balarezo dice:

    Soy apicultor y todos los elementos nutraceuticos de ka colmena son beneficiosos para la salud humana, hoy el aire devla colnena y la vibrasion de la colmena esbun complemento para regular el sistema inmunologico y el aura del ser humano

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